martes, 10 de noviembre de 2015

PROLOGO (2 Y 3)

            Hay otra explicación, quizás más importante, que justifica la aireación pública de las memorias privadas de un maestro: remover las memorias personales de cada lector de manera que se sorprendan a sí mismos en esa espiral vital que nos hace pasar una y otra vez por la misma geografía de sucesos y decisiones, de oportunidades ganadas y perdidas, de alegrías y de penas, de logros y de fracasos...¿no sólo es que no cambiamos, es que no cambia tampoco el entorno?. En cada vuelta la espiral está más abierta, pero pasa el mismo río una y otra vez, los mismos valles y montañas, los mismos cielos soleados y tormentosos, los mismos vecinos, amigos y enemigos.. sólo cambian sus caras, sus nombres, sólo envejecemos. Aprendemos, sí. A reaccionar, a comportarnos, a perder y a ganar. Aprendemos, sí, a comunicarnos, aprendemos a aprender. Aprendemos, sí, a no reír muy alto, a llorar poco. ¿Como el prota de “Atrapado en el tiempo”, volvemos una y otra vez al mismo escenario y,a al contrario que él, repetimos una y otra vez la misma actuación?

            Este libro recorre esa espiral.


            Hay un tercer por qué: este maestro no expuso una última lección magistral. No hizo un discurso de despedida. No recibió un homenaje. No repartió bendiciones. No habló ex-cátedra. Don Amado (bueno, Amado a secas, seamos progres como él lo fue, peor para él)...Amado somos todos, y no sólo todos los maestros. Y cuándo él se pregunte sobre su papel social, sobre la huella (la fenda incluso) que dejó en los demás, el lector se verá quizás impelido a preguntarse por la suya, todos somos alumnos-maestros-profesores-padres. Y es que todos aprendemos y luego enseñamos, y todos dejamos “pegada”, y es bueno repasar esa huella antes de emprender la última, definitiva y diferente etapa vital, para comenzarla con las alforjas llenas no sólo de experiencias, sino también y sobre todo, de enseñanzas que enseñar, de proyectos que compartir, de alegría que dar, de amor que sembrar, de paz que prodigar.

            Este libro repasa esa huella.


No hay comentarios:

Publicar un comentario