MAGO
Otra afición-vocación infantil que
nunca te abandonaría sería la MAGIA. Los Reyes Magos la despertarían dejándote
el libro “Juegos de Manos” del profesor Boscar.
Cuántos ratos pasaste preparando y realizando a solas muchos de
sus trucos, todos no, que los había irrealizables sin accesorios, de los que no
disponías. Pocas veces tuviste público. Las lecturas de las hazañas de Hudini
terminaron por hacerte la ilusión de que tú llegarías a ser un gran Mago. Pero la
verdad es que no lo veías muy claro. Te faltaba agilidad en las manos, destreza
con los dedos... No te deprimas, tendrás suficiente magia para tus nietos.
Como la tuviste para tus alumnos.
¡Cuántas horas de “magia” preparaste en el laboratorio escolar!: la luz que se
encendía con sólo sumergir los cables en aquélla solución salina, o la que daba
luz sólo con girar la bobina bajo los imanes. ¡Y cómo aquéllos tornillos se
transformaban en imanes sólo enrollando un cable alrededor y conectándolo a una
pila! ¡y montar con él un timbre!... tanta magia hiciste que realmente te
sentiste un verdadero maestro en aquéllas sesiones...un maestro lo puede ser
todo, hasta mago que hace cambiar líquidos de color, sacar hidrógeno del agua y
luego ¡pum!, una explosión, aparecer cristales geométricos sobre un hilo
húmedo, hacer subir el agua por un tubo...
Y
cuando saliste del laboratorio, al llegar la última reforma, la de la ESO, y te
pasaste-pasaron a dar Matemáticas, te hiciste adivino y jugaste con los números,
te hiciste geómetra y calculaste distancias inverosímiles, resolviste enigmas,
construiste cintas mágicas, figuras imposibles, agujeros de papel por los que
pasaba la clase entera, el triángulo pitagórico fue un rompecabezas múltiple,
el rectángulo áureo, las espirales, el número pi, la cuadratura del círculo,...
Como el ajedrez, la magia empezó y terminó al tiempo que empezó y acabó de
armarse y desarmarse tu personal puzzle, a construirse y reconstruirse el Amado
Maestro.
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